
Al calor de la contienda electoral norteamericana llegó el primer debate presidencial 2020. Más que nunca nuestra comunidad le sigue los pasos al resultado, sintiendo que el futuro de Venezuela depende de quien llegue a la presidencia.
No es para menos. En una entrevista televisada por la cadena NBC, el candidato presidencial Joe Biden, además de manifestar que otorgaría el Estatus de Protección Temporal (TPS) a los inmigrantes venezolanos, calificó como un “fracaso abyecto” la política del presidente Donald Trump hacia Venezuela.
Esta frase ha sido usada ampliamente por el régimen de Maduro para anunciar que las sanciones van a ser suavizadas, si el candidato demócrata accede a la primera magistratura. Bajo este panorama, al menos para los venezolanos, Trump parece la vía más segura para seguir la ruta del interinato, las presiones contra el chavismo y todos los que integran la red criminal internacional que sostiene a la dictadura.
Hoy la pregunta de todos es ¿qué más se puede esperar en un segundo mandato de Trump? Durante su gestión actual ha emitido declaraciones como: “Tenemos muchas opciones respecto a Venezuela, incluida una posible opción militar”, sin embargo parece estar deshojando la margarita sobre si impactar la crisis venezolana tal como lo hizo Estados Unidos en Panamá en 1989, o provocar una más profunda crisis que se traduzca en la reacción de un cansado pueblo que clama por libertad y vuelta a la democracia. Entre tanto, hay opiniones encontradas y el voto latino podría marcar la diferencia en los resultados. Lo que no hay que perder del radar, es que el tema venezolano no es la prioridad para un gobierno estadounidense, somos nosotros mismos quienes debemos seguir presionando e impulsando el cambio, ¿de qué manera? los que estamos fuera denunciando ante el mundo lo que está pasando en nuestro país y los que están dentro, perder el miedo al régimen que amedrenta y busca depauperarlos y hacerlos cada vez más dependientes.