
Nacida el 9 de junio de 1924 en el pintoresco pueblo de El Cambur, en el estado Carabobo, Venezuela, María Margarita Garrido Hernández, cariñosamente conocida como “Mami“, es un testimonio viviente de coraje, resiliencia y amor incondicional. A sus 100 años, su vida ha sido una inspiración para sus 4 hijas, 8 nietos, 14 bisnietos y 2 tataranietos, así como para todos los que han tenido la suerte de conocerla.
El 9 de junio, en reconocimiento a su centenario, Rodney Ellis, comisionado del precinto 1 del condado de Harris, honró a Mami con un reconocimiento especial. Este gesto no solo celebró su larga vida, sino también su inquebrantable espíritu y contribuciones a su comunidad y familia.
María Margarita siempre ha sido un pilar de fortaleza. Su vida en Venezuela estuvo marcada por la dedicación a su familia y su inquebrantable voluntad de superar cualquier desafío. Pero fue su decisión a los 90 años de mudarse a los Estados Unidos lo que realmente subrayó su valentía. A una edad en la que muchos buscan la comodidad de lo conocido, se embarcó en un nuevo capítulo, enfrentando con determinación las dificultades de adaptarse a un nuevo país.
La historia de Mami se torna aún más inspiradora cuando, a los 90 años, decidió convertirse en ciudadana estadounidense. En un primer momento, su familia no pensó que lo decía en serio, considerando que para muchas personas, el proceso de naturalización es visto como una misión imposible, especialmente a una edad tan avanzada. Sin embargo, demostró una vez más que su determinación no conoce límites.
Durante tres años, estudió las cien preguntas del examen de ciudadanía con una dedicación admirable. Incluso cuando su médico le aconsejó que su memoria ya no era capaz de retener tanta información, su espíritu no se quebrantó. En lugar de rendirse, decidió acogerse a las excepciones que el sistema permite, completando con éxito el proceso y jurando como ciudadana estadounidense tres meses antes de cumplir su centenario. La alegría de Mami al lograr este hito fue inmensa, reflejando su indomable espíritu y perseverancia.
A lo largo de su vida, ha sido conocida por su generosidad. Aunque nunca tuvo grandes bienes materiales, siempre ha encontrado la manera de dar un pequeño presente a cada persona que conoce, motivada únicamente por su deseo de hacer feliz a los demás. Este gesto constante de bondad ha dejado una huella imborrable en todos los que han cruzado su camino.
María Margarita atribuye su longevidad y vitalidad a su constante movimiento, su insaciable curiosidad y, sobre todo, a la respiración consciente, la cual considera de importancia vital para recargar sus energías. Disfruta enormemente cuando la gente comenta que no aparenta su edad y lo bien que se ve, ya que esto valida su filosofía de vida activa y positiva.
Más allá de su familia, ha dejado un legado espiritual encomiable. Su vida es un ejemplo de cómo la determinación, el amor y la generosidad pueden impactar profundamente a quienes nos rodean. Su historia, aunque libre de fama, es un faro de esperanza y fortaleza para todos.
Hoy, al celebrar sus 100 años, María Margarita “Mami” Garrido Hernández no solo es una ciudadana estadounidense orgullosa, sino también un símbolo de la valentía y la resiliencia humanas. Su vida nos recuerda que nunca es tarde para perseguir nuestros sueños y que, con amor y determinación, podemos superar cualquier obstáculo. ¡Feliz centenario, Mami! Tu historia seguirá inspirando a generaciones futuras.