
Con espanto el mundo observa lo que acontece con nuestros migrantes venezolanos afectados enormemente por los efectos económicos de la pandemia. Confundidos muchos quisieron retornar por la frontera colombiana a Venezuela, quizás pensando que para estar sin trabajo o contraer el virus es mejor estar en “casa”. Sin embargo esta prolongada cuarentena les ha hecho recordar el porqué tomaron la decisión de irse y de nuevo están retornando a Colombia, un país también golpeado por la crisis del COVID-19.
Sin servicios básicos, sin atención médica y sin gasolina, bajo una estricta cuarentena es imposible para el depauperado venezolano conseguir su sustento, es de nuevo frecuente el dolor de las despedidas y de lo incierto, mientras otro fenómeno se presenta. Los movimientos migratorios internos, donde se están abandonado las zonas más afectadas por el desabastecimiento y cada vez la región central es la opción para un poco de aire.
Pero ¿hay cama para tanta gente? nos preguntamos, si siempre las capitales son las más pobladas, tal como la abarrotada Caracas, pero ante la crisis, el poder central se arma de estrategia para que por lo menos su entorno esté medianamente cómodo.
El Comisionado de la Secretaría General de la OEA para la crisis de migrantes y refugiados venezolanos, David Smolansky, ha compartido duras imágenes de cómo los venezolanos se movilizan de una zona a otra, donde se observan mejores condiciones de los servicios, el Comisionado advierte: “Cientos de venezolanos en Pedernales toman un bote desesperadamente para trasladarse a Tucupita. Huyen del colapso de los servicios.
En pleno COVID-19, mientras la frontera siga cerrada, será más común la migración forzosa interna”. Para la amplia franja más empobrecida del país, el riesgo de contraer COVID-19 está por debajo del hambre, el desempleo y las carencias de servicios, se envidencia en esos traslados internos y en los cientos que ahora piden ayuda para retornar a los países de la comunidad andina de donde huyeron al comenzar la pandemia, pero que ahora valoran y sienten más posibilidades para resguardarse de los efectos del letal régimen venezolano.