
Personas participan en la representación del viacrusis este Viernes Santo, 18 de abril, en Caracas (Venezuela). EFE/Miguel Gutiérrez
Caracas, 18 abr (EFE).- El barrio de Petare, en el este de Caracas y considerada la favela más grande de Venezuela, fue escenario este viernes, y como ya es tradición desde hace 39 años, de la representación del viacrucis que jóvenes y líderes religiosos organizan en las empinadas cuestas de este barrio, para conmemorar la pasión de Cristo.
Un total de 120 actores, entre principales y secundarios, representan los últimos momentos de Cristo, narrados en la Biblia, en un recorrido de más de dos kilómetros y bajo la mirada de más de 3.000 personas que se conmovieron hasta el llanto con la actuación de los personajes.
La actividad, en la que los actores son jóvenes habitantes de la comunidad, fue custodiada por funcionarios policiales, bomberos y de Protección Civil.
Francisco Rosales, un joven de 23 años y parte del grupo de actores desde hace unos cinco años, explicó a EFE que la experiencia del viacrucis “siempre es espiritual”.
“Siempre la experiencia es espiritual, cuando estás ahí afuera créeme que te olvidas de ti, te olvidas de ti como una persona común del siglo XXI y te vas al año 33 de Cristo”, señaló.
Rosales interpretó este año por primera vez al sacerdote Caifás, uno de los líderes que logró la condena a muerte a Cristo, pero, dijo, en otras ediciones ha actuado de Herodes y flagelador.
“Fui flagelador y lloraba siendo flagelador, haciendo de malo, porque me metí mucho en el personaje y eso es lo que causa esta parte espiritual entre nosotros, nos concentramos a tal punto que nos transporta a ese momento”, añadió.
Asimismo, dijo que para los nuevos integrantes lo más llamativo al principio es la parte de actuación, pero “la segunda fase de esta preparación va más allá de lo actoral, es lo espiritual”.
“El lograr centrarse en tener una vida conforme a lo que estamos representando, porque en sí nosotros estamos representando el evangelio y necesitamos vivir el evangelio para profundizar, somos más que un grupo actoral”, reiteró.
Por su parte, Gisela Bravo, una fisioterapeuta y catequista de Petare, señaló que la representación del viacrucis en la comunidad surge con una “intención evangelizadora”.
“Ha habido cualquier cantidad de actores, ha movido a mucha gente de afuera e internamente, por supuesto, a trabajar la parte espiritual y es algo que forma parte de nuestra tradición”, indicó a EFE.
Explicó que en total son casi 200 personas trabajando en esta representación, entre actores y organizadores.
Bravo dijo que durante los años ha habido “mucho aporte” de los habitantes de la comunidad, así como de alcaldías, empresas privadas y universidades para que se pueda seguir llevando esta tradición que empezó en 1986.
Los ensayos, prosiguió, comienzan formalmente en enero, pero durante todo el año los integrantes llevan a cabo rifas, así como ventas de rosarios para recolectar fondos para los vestuarios, escenografías y sonido.
“La comunidad se acerca mucho y varía cada año, las circunstancias hacen que vayan más o menos, siempre se mantiene un número importante de personas que vienen a vivir la experiencia de la pasión en vivo”, agregó.