La muerte de un pequeño de tan solo un año de edad durante una balacera devolvió este sábado el horror a Río de Janeiro, que aún sigue estremecido por el asesinato de una activista de los derechos humanos.
El niño se contaba entre los tres transeúntes muertos durante el tiroteo entre pandillas de narcos y policías la noche del viernes en una populosa favela de Río.
La masacre en la favela Alemao se produjo solo un par de días después del asesinato a balazos de Marielle Franco, una concejal de Río de Janeiro que alzaba su voz contra la brutalidad de las autoridades del país.
El asesinato de Franco desató protestas en las calles que reflejaron el enojo en una ciudad donde las Fuerzas Armadas fueron llamadas para asumir el control de la seguridad pública y terminar con el caos.
Este sábado el alcalde Marcelo Crivella reiteró que espera días mejores para Río.
“Queremos acabar con eso de niños muertos por bajas perdidas en las comunidades”, dijo mientras visitaba la favela Vila Kennedy a la cual los generales que ahora dirigen a la policía han puesto en el centro de atención.
“Queremos terminar la tragedia de la concejal de la ciudad asesinada a tiros a las nueve de la noche y cuya hija jamás verá regresar a casa”, dijo Crivella.
Iveth Villalobos / EV Houston Newspaper / AFP / Foto: AFP